Arde Bogotá: del calor mediterráneo a una gira global que transforma su historia

Arde Bogotá: del calor mediterráneo a una gira global que transforma su historia

Arde Bogotá, originaria de Cartagena (Región de Murcia), escribe un nuevo capítulo estelar en su trayectoria con el anuncio de su primer tour mundial. La banda de rock alternativo —formada por Antonio García, Dani Sánchez, Pepe Esteban y José Ángel Mercader— llevará Cowboys de la A3 a 13 ciudades de América y Europa, un salto histórico en su meteórica trayectoria.

De la intimidad de las salas al escenario global

Este tour no es una expansión casual, sino un salto transnacional: Ciudad de México, Miami, Chicago, Nueva York; después Bogotá y Medellín; cerrando en ciudades europeas como Lisboa, Oporto, Londres, París, Bruselas, Berlín y Milán.

Sin estridencias, la banda apuesta por la cercanía en sala como valor escénico central: una fórmula distintiva en tiempos donde llenar estadios es la norma.

Cowboys de la A3 (2023) no fue solo un éxito de ventas—entró directo al #3 en España—, también les valió nominaciones a dos Latin Grammy y el Premio Ondas al Fenómeno Musical del Año.

Las entradas para la gira internacional estarán disponibles a partir del 8 de septiembre. La banda ha puesto en marcha un formulario para acceso anticipado a los enlaces de venta, apelando a esa comunidad digital que han cultivado de forma orgánica desde sus primeras grabaciones.

“Nos vamos de paseo por nuevos lugares. No vamos a quedarnos sin ver vuestras caras guapas”, escribieron en redes sociales, dejando claro que, aunque el escenario cambie, su esencia permanece.

Una ruta con escalas clave

La gira inicia en noviembre de 2025 en Ciudad de México (Lunario) y continuará por Miami, Chicago y Nueva York, donde ofrecerán conciertos en salas que privilegian la conexión directa con el público. En 2026, la banda visitará Bogotá y Medellín, antes de cruzar el Atlántico hacia ciudades como Lisboa, Londres, París, Bruselas, Berlín y Milán.

Un gesto significativo es que en Colombia —un país cuyo nombre comparten fonéticamente— las fechas han sido colocadas en pleno arranque de año. No es coincidencia: la presencia en Bogotá y Medellín les ofrece un espejo emocional con una audiencia que comparte el idioma, pero también una sensibilidad particular hacia las narrativas de búsqueda, desarraigo y pertenencia que define muchas de sus letras.

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