Del 28 al 31 de octubre, BIME Bilbao 2025 confirma su programación más ambiciosa: más de 70 showcases en salas icónicas, nuevas figuras del pop y urbano iberoamericano, y una jornada gratuita de conciertos al aire libre. La música será el idioma oficial de la ciudad.

La espera terminó. La organización de BIME Bilbao ha desvelado toda la programación de su edición 2025, y lo que se viene es un recorrido sonoro que abarca lo más fresco y contundente de la música iberoamericana actual. Del 28 al 30 de octubre, más de 70 showcases tomarán salas como Kafe Antzokia, Stage Live, Crystal, La Ribera, Dock, Cotton Club, Sala BBK y Bilborock, con conciertos breves pero potentes que ponen en el radar a artistas emergentes y consolidados por igual.

A los nombres previamente anunciados se suman figuras que reflejan el pulso actual de nuestras escenas urbanas y pop: Cariño, ícono del pop punk español; Dollar Selmouni, revelación del R&B en España; el colombiano Junior Zamora, de los proyectos más innovadores del alt-pop latino; Laaza (ES) y Mhtresuno (AR), exponentes del nuevo sonido digital del sur. Un line-up pensado para la exploración y el descubrimiento.

Pero BIME no se queda en los clubs. El 31 de octubre, el festival saldrá a la calle con BIME Live, una jornada gratuita frente al Ayuntamiento de Bilbao, en el Paseo de Uribitarte. Los escenarios San Miguel y San Miguel On Air recibirán a artistas como Delaporte, Villano Antillano, Flaca, Silitia y Ruptura, para convertir el centro de la ciudad en una celebración pública del talento, la diversidad y la música en vivo.

Y para quienes asisten al brazo profesional del evento, BIME Pro, hay más novedades: este año se suma Musik&Pintxos, un espacio en el Euskalduna Bilbao donde lxs acreditadxs podrán disfrutar de showcases en el escenario Johnnie Walker, mientras conectan entre pintxos, beats y conversaciones que definen el presente de la industria musical.

Equal Media estará presente desde adentro, cubriendo los momentos clave del festival y dando voz a las historias que emergen entre bastidores. Porque el BIME no solo se escucha: se vive, se conversa y se proyecta al mundo.