En el universo del pop argentino, pocas afirmaciones suenan tan ciertas como esa frase popular: “la sangre no es agua”. Aunque intentes distanciarte de tu origen, ese pulso íntimo siempre te persigue. Bandalos Chinos lo entiende mejor que muchos. Nominados como Mejor Álbum de Pop/Rock por Vándalos y a Mejor Canción Alternativa por “El Ritmo”, la banda recurre en esta nueva etapa al laberinto de su identidad con valentía y sofisticación sonora.
Dentro de la serie Ruta Latin GRAMMYs powered by Fender, este momento cobra una capa extra de significado: Fender, marca emblemática de cuerdas e instrumentos, acompaña el viaje creativo de artistas que saben que el sonido es pacto, memoria y territorio.
Vándalos: ritual nocturno de pop y renuncia al viaje sin retorno
Para esta entrega, la banda decidió no emprender la aventura de rescatar un sonido foráneo, sino reinterpretar su presente desde sus raíces. Con Fermín Ugarte como coproductor, Vándalos se concibió en Buenos Aires: no hubo desierto, no hubo travesía, hubo introspección urbana.
Desde la apertura con “La Señal” —una pieza elegante de cuerdas y piano que actúa como portal a ese universo nuevo— hasta el cierre visceral en “Te Amo”, el álbum se mueve entre la urgencia emocional y la cadencia nocturna. En 11 canciones, Bandalos Chinos exploran nuevos matices sin perderse a sí mismos.
“La Señal” es una invitación suspicaz:
“Lo estás sintiendo, una señal del cielo,”
dicen con delicadeza, abriendo paso a un mundo simbólico donde cada nota es pista secreta.
Y entonces entra “El Ritmo”, ese tema nominado que resume con fiereza su ADN: es denso, repetitivo, un paso firme orquestado por la voz aterciopelada de Goyo Suárez, ahora golpeando con ternura. En ese contraste están la fuerza del pop y el riesgo.
Luego surge “Revelación II”, quizá el clímax emotivo:
“Tuve una revelación, casi una revelación / Preso de este sentimiento…”
La canción se expande como un escape synth-pop, irradiando una energía de liberación que invita a moverse después del silencio.
Letras que dialogan con lo inevitable: la noche que termina, el amor que se consume, los desencuentros que queman. En “Nosotros” y “Gloria y pena” exploran relaciones que se enredan entre deseo y adicción emocional.
“Me intoxicaste y ahora solo pienso en vos…”
“Aunque no te guste perder, no es injusto y lo sabes…”
Y cuando el disco baja el tono, regresa la esencia baladística: “El único romántico” y “Viajes en el tiempo” conjuran momentos íntimos, confesiones suaves que refuerzan el vínculo con quienes los han seguido desde siempre.
El cierre, “Te amo”, no es solo una declaración: es estallido contenido. Es esa canción que se eleva justo cuando creías que todo estaba dicho.
De la piel al pulso: recuperación de un sonido propio
Este álbum no emerge desde la novedad gratuita, sino desde la continuidad consciente. Bandalos Chinos ha cosechado elogios, giras agotadas, nominaciones y una reputación de banda que mezcla groove con melancolía pop. Sin embargo, Vándalos revela que su pulso no depende de fórmulas vocales ni de tendencias.
La sangre —la identidad argentina, el territorio emocional— está permeada en cada acorde. Porque no importa cuánto cambies: siempre regresarás a tu ecuación sonora original.


Un momento estratégico para Bandalos Chinos
- La doble nominación al Latin GRAMMY reafirma su estatura continental: no sólo como banda argentina, sino como puente estético para el pop latino moderno.
- Vándalos puede delimitar una nueva era para su carrera: apuesta por madurez sin despojarse de su esencia.
- Dentro de la Ruta Latin GRAMMYs no te pierdas la entrevista con Equal Media: una oportunidad única para que compartan versiones íntimas sobre su proceso creativo, su vínculo con su identidad sonora y el rol de la nostalgia contemporánea.