Por Ulises Sanher
Hay discos que parecen hechos no solo para ser escuchados, sino para ser habitados. El nuevo álbum de The Last Dinner Party, From the Pyre, es uno de ellos: un laberinto gótico donde lo barroco se vuelve pop, lo teatral se vuelve emocional y lo melodramático, pura estrategia narrativa. En apenas un año y medio, el quinteto londinense pasa de ser la banda que todos miraban con sospecha a consolidarse como una de las propuestas más audaces y ricas del panorama musical contemporáneo.
Cuando las conocimos, en 2023, con ese temazo que fue «Nothing Matters«, parecían tener todo demasiado claro, demasiado rápido. Su debut, Prelude to Ecstasy, llegó poco después y confirmó que no eran solo imagen o hype; pero las dudas quedaron flotando, impulsadas por cierta misoginia disfrazada de escepticismo. Ahora, con From the Pyre, responden sin despeinarse, firmando un segundo disco exuberante, desafiante, oscuro y ambicioso.
La producción corre por cuenta de Markus Dravs, conocido por su trabajo con Arcade Fire y Florence + The Machine, y se nota: las canciones no estallan, se despliegan. Cada una es una escena, un acto, una tragedia griega o una ópera del fin del mundo. «Agnus Dei« es una introducción ceremonial, llena de coros, guitarras encendidas y una línea vocal que abraza el apocalipsis con placer. «Count the Ways« toma el groove sexy de Arctic Monkeys, lo reinterpreta en clave barroca y lo convierte en himno de lujuria emocional. «Second Best« es simplemente brillante: comienza como un madrigal y muta tres veces antes de llegar al minuto uno.


Abigail Morris canta con la contundencia de una protagonista trágica y la fragilidad de quien se sabe expuesta. En «This Is the Killer Speaking», canta sobre un ghosting con la intensidad de una balada de asesinato. «Hold Your Anger« y «The Scythe» son los momentos más emotivos: la primera una reflexión oscura sobre la maternidad; la segunda, una despedida que entrelaza ruptura y duelo con una sensibilidad devastadora.
No hay espacio para la indiferencia: From the Pyre exige atención, recompensa con detalles y reafirma que la banda no está aquí por accidente. The Last Dinner Party hace de cada puente un clímax, de cada estribillo una declaración de principios. Sí, siguen siendo barrocas. Pero ya no necesitan justificarse.
Con su segundo disco, estas cinco mujeres no solo responden a sus críticos, también elevan la vara para lo que puede ser el pop hoy: una experiencia intensa, teatral, compleja, orgánica, con instrumentos, histriónica y profundamente humana.