Gorillaz ft. IDLES — “The God of Lying”

Gorillaz ft. IDLES — “The God of Lying”

Una fusión que sorprende

Con este nuevo sencillo —tercero que se adelanta de su próximo álbum The Mountain— Gorillaz nos muestran una faceta distinta: lejos del pop‑urbano o la electrónica ligera, “The God of Lying” es una pieza que se despliega entre la dub‑reggae, el post‑punk y un sutil pulso rítmico que, aunque no lo proclama, deja entrever ecos latinos con su percusión y textura.

El vocalista de IDLES, Joe Talbot, aporta su voz ruda y directa, casi como un recitado de denuncia, mientras que Damon Albarn y compañía empujan la producción hacia territorios que se sienten globales: grabaciones en Londres, Devon y Mumbai; colaboraciones con músicos de wind y percusión de la India, lo cual abre la puerta a una sonoridad híbrida que rompe fronteras.

Sonoridad, estructura y resonancias latinas

En “The God of Lying” encontramos una base dub‑reggae marcada por un tempo medio‑lento, bajos profundos y efectos espaciales que crean una atmósfera de inquietud. La percusión adquiere un papel protagónico, con golpes nítidos que podrían evocarnos ritmos latinos (aunque de forma sutil y estilizada), como si la canción trazara puentes entre el reggae anglo‑caribeño, el post‑punk británico de IDLES y una sensibilidad latinoamericana emergente.

El resultado es menos una pista de baile y más una pieza de reflexión sonora: Talbot lanza frases cargadas de escepticismo (“Can I tell you a secret? Doubt is very tiring but questioning things is really good for you.”), mientras la música deja espacios para el silencio, para la tensión contenida. La cuestión de la mentira, la posverdad y la desconfianza social aparece como eje central, todo ello envuelto en una textura que, por su pulso rítmico y producción texturada, conecta con la tradición rítmica latina sin replicarla explícitamente.

¿Qué aporta esta canción al universo Gorillaz?

Para una banda conocida por su mestizaje musical —mezclando pop, trip‑hop, rock, electrónica, hip‑hop y más— “The God of Lying” reafirma su compromiso con la experimentación de fronteras. Al integrar a IDLES, un grupo de post‑punk británico, y al incorporar músicos de India y grabaciones internacionales, Gorillaz mantienen su ADN global. Pero además: invitan al oyente latino a escuchar un pulso que no es reguetón, pero que tiene ecos rítmicos que podrían sentirse familiares.

Desde la perspectiva de la narrativa, la canción se sitúa dentro de un álbum con ambición de mapa mundial: voces en varios idiomas, colaboradores internacionales, y una idea de la música como puente cultural.

Lo que funciona:

  • La tensión lograda entre letra, interpretación vocal y ambiente sonoro.
  • Una producción rica que evita fórmulas fáciles y repite poco de lo ya oído.
  • La sensación de que lo latino no está impuesto, sino insinuado: la percu­ción, la textura de la mezcla, la amplitud global.

Lo que podría debatirse:

  • Para quien espere un beat latino claro o un ritmo de baile evidente, la canción quizá no cumple esa expectativa al cien por cien: el latido está, pero es sutil.
  • Algunos oyentes más tradicionales de Gorillaz podrían considerarla menos accesible que hits anteriores, dada su atmósfera contemplativa. Algunas reseñas ya apuntan a que es “la más floja hasta ahora” en términos de impacto instantáneo.

“The God of Lying” es una obra compleja y valiente. No triunfa por facilidad, sino por su capacidad para interrogar y sondear. Si bien no se presenta como un himno latino explícito, su pulso rítmico y su textura global lo hacen relevante para audiencias latinas ávidas de algo más allá del formato convencional. Es un paso más en el viaje de Gorillaz hacia un paisaje musical sin fronteras, donde lo latino puede resonar sin tener que ser literal.

Para quienes buscan música que piense y siente, que combine mundo y mente, esta canción vale la pena escucharla con atención.

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