La represión y censura han sido parte de la historia desde tiempos inmemorables, en ocasiones la musica ha sido voz de víctimas, haciendo eco donde el silencio perduraba, logrando expandir mensajes que sin ella hubieran quedado en el anonimato.
Actualmente, la distracción deriva en poco o nulo análisis de situaciones que nos afectan, en consecuencia tenemos bolas de nieve con poco tiempo de solución, ejercemos activismo virtual pensando que es suficiente.
Nuestro mundo es complejo, nos hemos convertido en autómatas consumiendo información a cuentagotas sin buscar más allá, no hay verdades objetivas, la fuente aprovecha big data y la distopía que veíamos tan lejos nos alcanzó pero nunca es demasiado tarde.
En Rusia un par de artistas han desafiado al totalitarismo desde su música, la belleza estética en sus videos transgrede gustos ordinarios, crear desde el huracán legitima su lírica, en ella, la realidad que conocemos de lejos está pintada de color, la oscuridad que se vive bajo regímenes autoritarios aniquila libertades básicas, los derechos bajo piedras que Kolya y Nastya de IC3PEAK exigen en cada concierto cancelado en su país.
Fue en 2013 cuando el dueto se alejó de la ciudad y el ruido que esta ejercía sobre su labor para adentrarse a escribir y salir de lo convencional, fusionar géneros y dejarse llevar para que en 2019 el Kremlin pusiera atención en los no alineados y se dedicara a interrumpir o cancelar presentaciones con pretextos burdos, las sociedades despiertas cuestionan, para aquellos que niegan respuestas esto se vuelve riesgo.
Para Nastya y Kolya es imperativo compartir mediante letras lo que viven a diario, la injusticia y carencia no van de rosa.
En esta entrega Death No More de IC3PEAK, el keroseno en espera de la llama que arderá en la Plaza Roja en nombre de la libertad.