Por Equal Media
Hay canciones que llegan como un golpe. Otras, como un abrazo. Kairi, el nuevo lanzamiento de El Muisca junto a Necrojocker, suena como mirar al pasado con los ojos ya secos y el corazón aprendiendo a latir diferente.
Desde Bogotá hasta Barcelona, esta colaboración transatlántica destila verdad emocional sin filtros. Kairi —nombre que resuena con suavidad y pureza— no es solo una canción de ruptura. Es un canto al desapego, a esa forma de sanar que no pide permiso y que a veces duele más que el adiós mismo.


El beat es una fusión cálida: reggae roots que respira profundo y se mezcla con hip hop introspectivo, sin perder calle ni conciencia. Hay algo de ritual en esta mezcla: rimas que desnudan el alma, versos que no piden compasión, sino espacio para florecer después de la tormenta.
El Muisca, con su lírica de barrio, raíz y reflexión, encuentra el equilibrio perfecto con Necrojocker, referente del reggae urbano con más de 70 millones de views y medio millón de oyentes mensuales. La química es real: uno narra desde la herida, el otro desde la cicatriz. Y ambos coinciden en algo esencial: dejar ir también es amor propio.
Visualmente, el videoclip dirigido por Theos Creative Agency es una joya dual. Filmado en Bogotá y Barcelona, sugiere un mismo duelo en dos geografías. Las imágenes no buscan dramatizar la pérdida, sino resignificarla. Como si decir adiós fuera parte del camino, no su final.
«No se trata de tristeza, sino de aceptar la verdad emocional sin filtros. Kairi es real», dice Necrojocker. Y se siente.
La canción, ya disponible en todas las plataformas, confirma que la música hecha desde el alma sigue cruzando océanos, uniendo generaciones y curando a su paso. Porque a veces, todo lo que necesitamos es una canción que nos diga que está bien soltar.
🎧 Disponible en Spotify, Apple Music y YouTube.
📱 @el_muisca_