LA FAVI SUELTA UN GRITO SILENCIOSO EN “KETAMINA”: UN VIDEOCLIP QUE DESGARRA LA FRONTERA ENTRE ANHELO Y ANSIEDAD

LA FAVI SUELTA UN GRITO SILENCIOSO EN “KETAMINA”: UN VIDEOCLIP QUE DESGARRA LA FRONTERA ENTRE ANHELO Y ANSIEDAD

Por Equal Media

Hay canciones que bailan, otras que lloran, y luego está Ketamina, el nuevo videoclip de La Favi, que hace ambas cosas en una danza spectral entre ternura y devastación. Dirigido por la propia artista y extraído de su álbum Adicta —editado por el sello parisino Promesses— este clip no es sólo una extensión visual, sino una cartografía emocional en donde la memoria y la dependencia habitan el mismo cuerpo.

La producción musical, a cargo del francés Rosaliedu38, se construye como un suspiro filtrado por distorsión y melancolía. Las texturas sonoras —ligadas a una electrónica minimal y de callejón— se sienten como si el reggaetón se hubiera derrumbado en un altar neogótico, mientras La Favi susurra letanías que evocan a Arca en su etapa más cruda o a La Mala Rodríguez en trance postindustrial.

La Favi / Cortesía ChachinChachin

Pero es en el video donde la alquimia alcanza su punto máximo. Frente a la prisión de Folsom, la artista deambula envuelta en una bandera como si abrazara una patria rota, un país que no la termina de nombrar. En contraste, paisajes que evocan el sur español —caballos andaluces, alcornoques, atardeceres que sangran sobre carreteras vacías— se entrelazan con imágenes de una California espectral. Este choque de mundos, este vaivén entre la raíz y la fuga, convierte el videoclip en una declaración de principios: el dolor también es paisaje.

Ketamina es un espejo roto donde el amor, la ansiedad y el deseo conviven como entidades líquidas. La Favi no canta desde el centro, sino desde los márgenes, donde la vulnerabilidad no es debilidad sino resistencia. En un panorama musical muchas veces domesticado por algoritmos, ella insiste en la urgencia de sentir —aunque duela—.

Esta pieza no solo acompaña el lanzamiento del álbum, sino que reafirma algo más grande: La Favi está esculpiendo una mitología propia, una donde la mujer migrante, suburbana y disidente ya no es sujeto pasivo del deseo, sino autora de su trance.

🎧 Escucha la canción en Spotify: Ketamina – La Favi

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