Por: Equal Music

La permanencia en la industria musical es carrera titánica, una lucha continua cada vez mayor después de la democratización del acceso, los algoritmos, las pequeñas trampas y espejos que nos muestran una supuesta realidad donde todo pareciera más fácil cuando es todo lo contrario.

Se han ganado batallas, de repente, el hito de dominación masculina parece difuminarse al horizonte pero de nuevo la verdad golpea latente con cifras que muestran la brecha aún existente sobre espacios que debieran mostrar el talento más allá del género.

Es gracias a personajes que las barreras se van rompiendo, toda revolución necesita un inicio, a ese alguien que se atreve a confrontar lo hasta ahora establecido para marcar precedentes que generaciones futuras disfrutarán con mayor acceso.

Con 30 años en escena, Ely Guerra ha sido disruptiva y transgresora desde su génesis aprovechando la potencia de su voz para generar eco donde el silencio dominaba, 18 años en la independencia le dieron la complicada libertad donde se libran batallas en solitario.

Los premios y reconocimientos valen cuando el talento les acompaña, en el día a día el amor por la música ejerce impulso para no abandonar el hilo conductor que empuja a la creación, romper paradigmas ha sido la constante en una artista completa y comprometida, Ely Guerra declaró manifiestos que hasta ahora permanecen intactos.

A Guitarra y Voz materializó el sueño que venía tomando forma desde Zion en 2019, álbum vocal que no necesitó más que su voz para fusionar poder y dulzura, 30 años de Ely Guerra donde las canciones giran y suenan mejor que nunca, con ella llenando espacios infinitos acompañada de un guitarra y Camilo Froideval, su cómplice permanente que completa el círculo perfecto.

En esta entrega, No Quiero Llegar  de Ely Guerra con Cigarbox Man, el más reciente opus de la diva mexicana que se mantiene en la tierra a pesar de formar parte del universo.